En el Congreso de Isonomia.
Ayer expuse mi ponencia sobre la identidad de género en el congreso que sobre este tema organizó la Fundación Isonomia de la Universitat Jaume I de Castelló. Hablé desde mi experiencia personal, en un tono pasional y subjetivo que sorprendió a muchos de los presentes, especialmente por el marco académico en que se desenvolvía el acto. De todos modos pienso que la mayoría agradeció la sinceridad con que me expresé.
Traté diversos temas aparentemente inconexos como la represión en la educación franquista, la situación política actual y la influencia de los sectores ultraconservadores. El hilo conductor era mi propia vida. Relaté las experiencias que tuve con los psiquiatras a que me llevaban mis padres, con la noble intención de curar mi "enfermedad". La medicina que les recetaron para mí eran: encierros en un cuarto oscuro, retirarme los juguetes de niñas y azotes o duchas de agua fría en caso de persistencia. Ante mi obstinación y la inoperancia del método, mi madre se informó acerca del psicoanálisis y me estuvo llevando todas las semanas a casa de un señor que me hacía preguntas que conseguían alterarme. Mi infancia quedó profundamente marcada por la represión educativa nacional-católica franquista y, en mi opinión, los traumas que generó aún persisten en el inconsciente colectivo, por lo menos yo no he podido borrarlos y muchas noches aún me atormentan en lo más profundo del sueño.
Supongo que a los jóvenes estudiantes todo esto les sonaría lejano, pero traté de mostrarles como existen en la actualidad fuertes presiones reaccionarias bajo diversos disfraces religiosos y políticos. Estos grupos lanzan constantemente sus mensajes en un intento desaforado de perpetuar tradiciones caducas. La demagogia que sustenta esos mensajes cala en una sociedad mediatizada por la incultura y frena el progreso social, intelectual y económico. Además, ante la falta de propuestas sociales y culturales válidas del socialismo gobernante, incluso algunos intelectuales de izquierdas, desesperados, se han acercado a las filas conservadoras. Allí han encontrado a veces mayor cabida sus propuestas, por la imperiosa necesidad que tiene la derecha de lavar su imagen, dotándola de un aire progresista, que más bien es humo.
Las opiniones que vertí acerca del tema de la identidad de género se han resumido hoy en el diario Mediterráneo, junto con las de otros ponentes. Quiero resaltar que para mí la ley de identidad de género que se ha aprobado tiene un tinte propagandístico. Su eficacia es muy limitada, porque no se ha acompañado de medidas que palíen la discriminación social y laboral que soporta el colectivo a que va dirigida. Sólo cuando el gobierno tome conciencia de la necesidad de la acción social positiva, empezará a tener verdadero sentido. A pesar de que consta en mi DNI Manuela Trasobares desde muchos años antes de la aprobación de esta ley, los intentos por apartarme de todos los ámbitos sociales y laborales donde he actuado han sido constantes. La intolerancia a lo distinto es patente y no desaparecerá con la identificación legal del género solamente, sinó con educación, acción social, discriminación positiva y una clara repulsa de las agresiones verbales o laborales procedentes de individuos y colectivos decadentes.
2 comentarios
Sospechosos Habituales -
Me ha encantado la reflexión. Un abrazo!
lamisma -