El Gran Teatro de la Política
Ciertos medios de comunicación insisten en que el gobierno socialista ha conseguido la normalización de las personas transexuales gracias a que les ha concedido la posibilidad de poner su nombre en el DNI. Si bien esto no es rigurosamente falso, es cierto solamente en un 10 %.
La posibilidad de inscribir su nombre para las personas que habían realizado un proceso completo de transexualización vino con la transición. Es más un logro de nuestra insistencia ante ciertos magistrados titulares de los registros civiles de Barcelona y otras capitales, que no del poder legislativo. Desde los años ochenta estos jueces aceptaron tal posibilidad con la condición de que pasaramos un exámen médico-forense. Lo pasamos y obtuvimos la modificación de la partida de nacimiento así como su secreto. Con ello la policía modificó nuestro nombre en el carnet. Todo ello tras pagar más de medio millón de pesetas de los años ochenta a algunos abogados que se especializaron en este trámite, que en realidad era sencillo y gratuito. El cuento de que suponía un proceso muy complejo y de difícil resolución también nos lo contaron estos abogado/as para limpiarnos un dinero que nos costaba la vida.
Menuda obra de teatro han organizado para colgarse la medalla de un logro ajeno. Lo único que se ha legislado ahora es que las personas que , habiendo iniciado un proceso de transexualización, no lo han completado a nivel genital, puedan realizar este trámite sin la necesidad del exámen-médico, a la vista de cuyo informe el juez del registro civil hubiera denegado su petición. Me parece que queda claro y que no hace falta entrar en detalles.
El hecho de que para muchos este paso, que no va más allá de la burocracia legislativa, signifique un avance considerable nos da la medida del retraso mental que padecemos en todo lo que a cuestiones sociales se refiere. En esta obra de teatro, la escena de la transexual acudiendo a votar con su nuevo carnet es deprimente. Me entristece que las reivindicaciones de quienes se autodenominan activistas o socialistas se conformen con lucir un nuevo DNI, obtener un papel secundario en un culebrón o decirnos a quien tenemos que votar para que continúen tan trascendentales logros.
Pidan por favor a ese partido del que se sienten tan orgullosos que realice una verdadera labor de integración social, de inserción laboral, de visualización de las diversas opciones sexuales, de marginación positiva, de formación profesional específica, etc. etc. De momento no han empezado ni han invertido un céntimo. La producción teatral les ha salido gratis.
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Adrian -