La Cuestión Nacional
Veo el futuro de España como una República federal o confederal en la que se reconozca el derecho a la autodeterminación o a la libre asociación de sus pueblos . Dentro de un tiempo las tensiones que ahora se están gestando harán ineludible una nueva constitución, en la que verdaderamente el poder emane del pueblo, la igualdad ciudadana no tenga excepciones y las personas o las naciones sean libres para decidir lo que son.
Pocos días después de la quema de fotos del rey en Gerona, grabé en Sevilla una entrevista con Jesús Quintero que se emite semana en Canal Sur. Fue una tarde entrañable. Acudieron al rodaje varias personas que querían conocerme y me sentí muy halagada. Jesús Quintero es una persona de una profundidad impactante, tanto dentro como fuera del plató. Una de sus preguntas fue: ¿tú quemarías la foto del Rey? Primero contesté con evasivas explicando mi ideología republicana; pero Jesús, con la calma que le caracteriza, me repitió la pregunta: ¿tú quemarías la foto del Rey? Y respondí con un SÍ rotundo.
A pesar de que cada sector político saque sus propias conclusiones interesadas sobre la campaña contra la Corona, unos minimizando su dimensión y otros magnificándola, la realidad es que la popularidad del monarca ha disminuido considerablemente. El dato que más ha contribuido a ello es la extraordinaria fortuna personal que ha amasado durante su reinado y el abultado sueldo que ingresa. El ciudadano de a pie se pregunta cómo se justifican los casi 9 millones de euros que cobra la Casa Real anualmente procedentes de las arcas públicas. También se cuestiona la legalidad de que un Jefe del Estado con estos honorarios pueda dedicar tiempo a sus negocios personales. Es un actuación muy poco ejemplar para el resto de la clase política y la ciudadanía. Se ha querido vincular las protestas a sectores minoritarios; pero el descontento con la monarquía está en la calle, en los trabajos, en los bares. Me alegro de que los jóvenes y los estudiantes sean protagonistas de la actualidad y les animo a seguir con su lucha solidaria. Quemar símbolos es un acto de protesta y de libertad. Nada más.
La Monarquía parlamentaria se instauró en España en un momento de transición, bajo la mirada amenazante de todo el aparato franquista que sobrevivía al dictador. La muerte de Franco se presentó al pueblo como una desgracia que nos dejaba huérfanos. La gente se preguntaba ¿ y ahora quién nos gobernará? Tras cuarenta años de dictadura, a la mayoría de los españoles ni siquiera se les ocurría la posibilidad de un régimen democrático, por lo que la monarquía pareció un regalo caído del cielo. Han pasado más de treinta años, ha cambiado el siglo. Nos damos cuenta de que fuimos muy ingenuos, de que mantener a la realeza es impropio de los tiempos que corren. Éste es ahora el sentir del pueblo.
Por otra parte las nacionalidades históricas se han cansado de que se las criminalice desde el desconocimiento, la ignorancia y la crispación gratuita. Los ataques constantes que se han lanzado contra el nacionalismo catalán y vasco solamente han conseguido radicalizar sus posturas y avivar el sentimiento independentista. Los mayores propulsores del separatismo han sido lo dirigentes populares con su desprecio hacia la cultura, el idioma y la identidad propias de catalanes y vascos. Su intento de atizar el rencor del resto de comunidades hacia éstas no ha podido ser más devastador; pero han tenido la habilidad de pasar la patata caliente al PSOE inculpándolo por sus pactos con ERC.
Retener por la fuerza de la ley a catalanes y vascos, manteniendo una tensión constante, no tiene sentido. La pretendida unidad de España es una falacia orquestada por distintos regímenes totalitarios y centralistas. La consulta que anuncia Ibarretxe no puede verse bajo ninguna perspectiva como una ilegalidad, pues no hay actuación política más democrática que la de convocar un referéndum, ni más noble que la de conceder a un pueblo la libertad de elegir su futuro.
1 comentario
Admirador -
felicidades por este blog que acabo de descubrir ; )