Un Rey en entredicho
Según informa el periódico digital La República.es, el coronel del Ejército español Amadeo Martínez Inglés ha remitido al Presidente del Gobierno y al Presidente de las Cortes una misiva en la que apunta la comisión de graves delitos por parte del Rey de España y solicita se cree una Comisión de investigación parlamentaria al respecto.
El Coronel Martínez Inglés acompaña su carta de documentos que acreditan un trabajo de investigación histórica que le ha llevado más de 20 años y que justifican la creación de la citada comisión. Nos recuerda que el actual monarca llegó al poder por designación de un dictador genocida, que las circunstancias de la muerte de su hermano, el Infante D. Alfonso, le señalan, que su participación en el golpe del 23-F está constatada y que con dinero público se podrían haber pagado los chantajes sexuales a que le sometió una conocida vedette española.
Se trata de acusaciones lo suficientemente graves como para que el Gobierno y los Diputados tomen cartas en el asunto. Si se lavan las manos, el diputado de Izquierda Unida, que representa a casi un millón de electores republicanos, debería resolverse a solicitar la comisión ante la Cámara. Es posible que otros grupos como los nacionalistas catalanes y vascos la apoyaran y se pudiera iniciar un proceso harto necesario de revisión histórica de la transición, que en modo alguno fue un cuento de rosas como nos han pintado, sinó más bien un golpe de guante blanco que instaló en el poder a la dinastía que en 1931 el pueblo había repudiado.
Existen diversas pruebas del ascendente falangista del Rey de España, sin el cual difícilmente hubiera llegado al trono. Es bien conocido que juró lealtad a las leyes del Movimiento ante las Cortes franquistas y que su primer presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, era un jefe de la Falange. Lo que no tantos saben es que en el escudo oficial de S.M. El Rey están los clásicos símbolos falangistas: el yugo y las flechas, bajo el pretexto de que pertenecían a la heráldica de los Reyes Católicos, lo cual es cierto, pero dado el uso que el fascismo hizo después de estos símbolos, lo más adecuado era eludirlos.
Hay otras cuestiones a cerca de la figura del rey que exigen también una revisión urgente: la inviabilidad de juzgarle por vía penal, el dudoso origen de su inmensa fortuna y la opacidad de sus cuentas. No son de recibo los lujosos regalos de acaudalados empresarios, como el yate Bribón, pues pesa la duda sobre su compensación; ni avalan su trayectoria las prolongadas ausencias del país ignorando el poder legislativo su paradero, la presunta falsificación de su firma durante las mismas y el uso para fines personales del patrimonio nacional. A pesar de que muchos medios se esfuercen denodadamente en presentarle como el valuarte de la seguridad y la unidad de la patria, su afición a la caza mayor, a las conquistas y a la vida de rey no pasan desapercibidas.
Para justificar su presencia, algunos monárquicos argumentan que su poder es nulo, obviando que es el Capitán General de los Tres Ejércitos, que el presidente del Gobierno lo es a propuesta suya, que firma y revisa todas las leyes y que su influencia en política exterior es notable, como se demostró en el incidente con Chávez. En cualquier caso, en el supuesto de que no tuviera ninguna función, ¿por qué mantenerlo?
La propuesta, la investigación y la persona del Coronel Martínez Inglés merece todos mis respetos y admiración. Es uno de esos hombres, tan escasos en la actualidad, que no se doblegan a las exigencias del poder, uno de esos seres cuyas raíces están ancladas en lo más profundo de la tierra que pisan. De la semilla que plantemos los que luchamos ahora corriendo grandes riesgos, surgirá algún día sin duda alguna, La República.
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Carta al Fiscal General de Portugal -
1ª.- El autor del disparo que acabó con la vida del infante D. Alfonso no era ningún niño (como la información sesgada del Gobierno español del momento quiso hacer creer a los españoles sino un profesional del Ejército (cadete de la Academia General Militar de Zaragoza), con más de seis meses de instrucción militar intensiva y otros seis de instrucción premilitar.
2ª.- Era, por lo tanto, experto en toda clase de armas portátiles de las Fuerzas Armadas españolas.
3ª.- Conocía, en consecuencia, el manejo y uso en instrucción y combate de las citadas armas.
4ª.- Había realizado ejercicios de fuego real con todas ellas, con arreglo a la cartilla de tiro correspondiente a un caballero cadete de primer curso del citado centro de enseñanza castrense.
5ª.- En consecuencia, conocía el uso y manejo de las pistolas de 9 mms reglamentarias en las FAS españolas.
6ª.- Con mayor motivo debía conocer el uso y manejo de la pequeña pistola de 6,35 mms de la que era propietario y con la que había efectuado (la última vez, el día anterior al luctuoso suceso) numerosos disparos.
7ª.- Conocía asimismo los protocolos de actuación que marcan los reglamentos militares españoles para el uso, limpieza, desarmado, armado, equilibrado, preparación para el disparo etc, etc, de cualquier arma portátil y en particular todas las precauciones que debe tomar un profesional de las armas antes de efectuar un disparo de instrucción o combate.
8ª.- Resulta inconcebible que todo un cadete de la AGM (un centro de enseñanza modélico en aquellas fechas), con seis meses de instrucción militar intensiva en su haber y con numerosos ejercicios de tiro realizados, no tomara las elementales medidas de seguridad (activación de los seguros de la pistola y comprobación de la recámara) antes de proceder a manipular su pistola en presencia de hermano.
Extracto de la Carta del Coronel Martínez Inglés al Fiscal General del Estado de Portugal.
Fuente: La República.es