El pasado jueves 30 de Abril participé como ponente en la mesa redonda: “¿Tiene cabida la reflexión filosófica en el monumento fallero?”, que se celebró en el Salón de Grados de la Facultat de Filosofia Ciències de l´ Educació de la Universitat de València. Cuando acabó el acto tuve ocasión de compartir impresiones personales con varios de los estudiantes que asistieron. Me resultó muy gratificante comprobar que me consideran un referente de la reflexión filosófica y la líder de una nueva corriente de pensamiento vitalista: “El Trasobarismo”.
Sin embargo, no me considero teórica ni científica. Si el ejemplo de mi lucha individual y el empeño por transmitir mis impresiones radicales, rasgando los convencionalismos, han llevado a la reflexión profunda a las generaciones más jóvenes, no ha sido con una intención premeditada por mi parte; pero me hace sentir muy orgullosa y me complace que mi mensaje cale precisamente entre los que se plantean con más rotundidad el sentido de la vida: los estudiantes de filosofía y los jóvenes de veinte años.
Durante mi intervención hice una interpretación poética al más profundo estilo trasobarista, evocando las sensaciones que experimenté durante cinco años mientras construía fallas en la intimidad de mi taller. Expliqué el proceso de creación artística que seguía, no como un método extrapolable a otra situación, sinó como vivencia única cargada de misticismo. Seguidamente denuncié la incongruencia y la falta de sensibilidad del mundo fallero, incapaz de valorar la creatividad que se le ofrece.
Contestando a la pregunta de un estudiante de Bellas Artes, quise acabar con la estéril polémica que diferencia el arte popular o el arte efíemero del arte con mayúsculas digno de mostrarse en un museo. Dije que lo que en cada momento se considera una manifestación artística ejemplar es producto de los intereses del capitalismo, que financia descaradamente el arte que le conviene o por lo menos aquel que no confronta directamente sus intereses. Personalmente le puedo conceder más valor al graffiti pintado en un muro por el artista que carece de otro espacio para expresarse, que a las toneladas de gotelé proyectadas con un cañón sobre el techo de una sala de la sede de Naciones Unidas en Ginebra por Miquel Barceló, con un coste de 20 millones de euros. Que contrariedad que precisamente este señor inició su carrera artística proclamando ideas anarquistas.
Cuando volvía a casa, después de haber charlado largo rato entre el público, me preguntaba por qué en un foro ubicado en el horno donde se cuece el saber y la educación del futuro, la facultad de filosofía y pedagogía, se me considera un referente, una fuente de inspiración y un ejemplo a seguir. Sin embargo, en los círculos del convencionalismo político se me tiene por un demonio, un peligro social y un esperpento. ¿Por qué unas calificaciones tan contrapuestas? Quizá por que lo que comunico es verdaderamente peligroso, pero no para las personas, sinó para el sistema que pretende aborregarnos.
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Próximamente mostraremos los videos íntegros en You Tube.
¿Cabe la reflexión filosófica en el monumento fallero?30 de Abril a las 18:30 h.
Salón de Grados - Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación
Universidad de Valencia
Fernando Morales Checa
Periodista. Coordinador de la web Monfaller.com
José Luis García Nadal
Doctor en Filosofía. Artista Fallero.
Alberto Ferrer García
Estudiante de Filosofía y Teología. Artista Fallero.
Manuela Trasobares Haro
Mezzosoprano, Pintora y Escultura. Artista Fallera
